Urs Fischer en el New Museun. N.Y.

Comisariada por Massimiliano Gioni, la exposición de Urs Fischer (1973), titulada "Marguerite de Ponty" -seudónimos del poeta francés Stéphane Mallarmé, uno de los autores que con mayor ahínco destrozó las convenciones literarias de la época-, promete ser una de las exposiciones de la temporada neoyorquina y la confirmación del artista como uno de los artistas-escultores más relevantes del momento.

El artista suizo es capaz de trabajar en ámbitos antitéticos y sin duda uno de los mejores referentes para entender la deriva que ha tomado la escultura en las últimas décadas. Su heterogeneidad, su radicalidad, el enorme espectro de posibilidades físicas y objetuales que ofrece lo confirman. Como se afirma en el folleto de mano de esta estupenda exposición, "la obra de Urs Fischer materializa la fantasía, da forma a motivos y acciones que rara vez ocurren en el mundo visible".

La exposición mas ambiciosa del artísta, primera en un museo americano y en la que por primera vez un solo artista ocupa todos los espacios del New Museum, se ha montado en  tres plantas -vaya y verá por qué- de la nueva sede en el barrio neoyorquino de Bowery, es una constante reflexión sobre la imagen escultórica, tiene como resultado un aluvión torrencial de imágenes que desconcierta al espectador. La muestra no funciona como una restrospectiva al uso, sino como una "instrospección", sin duda una concepción valiente y novedosa de la escultura.

Es Fischer el nuevo Jeff Koons?.