Mientras que Londres se prepara para la apertura de su mayor evento de arte contemporáneo de la temporada, Frieze Art Fair, el artista británico Damien Hirst, da un paso atrás en el tiempo.
En esta ocasión, el artista mas influente de su generación, abandona sus conocidas instalaciones para volver a la pintura, en la que el artista cree firmemente. Las pinturas se mostraron anteriormente ,en la Pinchuk Art Foundation de Kiev, bajo el título "Requiem". Un número desconocido de ellas fueron adquiridas por el oligarca multimillonario, propietario de la fundación, quien se hizo conocido por pagar más de 10 millones de dólares en una subasta por una pintura Peter Doig, La canoa blanca (1991), en 2007.
La apertura de su exposición de veinticinco pinturas, en la Wallace Collection, creadas por sí mismo en su estudio de Devon, y sin asistentes, vuelve a sembrar la polémica al rodearse de maestros del Renacimiento y el siglo XIX en un contexto clásico y no elegir un espacio contemporáneo al uso de paredes blancas, obteniendo un diálogo visual dramático con las obras adyacentes.
Hirst contribuyó con 250.000 libras , en concepto de renovación de las galerías, donde se instaló su trabajo , la mayor parte del presupuesto fue para cubrir las paredes con seda color azul claro y garantizar la entrada gratuita al público.
En esta ocasión, el artista mas influente de su generación, abandona sus conocidas instalaciones para volver a la pintura, en la que el artista cree firmemente. Las pinturas se mostraron anteriormente ,en la Pinchuk Art Foundation de Kiev, bajo el título "Requiem". Un número desconocido de ellas fueron adquiridas por el oligarca multimillonario, propietario de la fundación, quien se hizo conocido por pagar más de 10 millones de dólares en una subasta por una pintura Peter Doig, La canoa blanca (1991), en 2007.
No hay comentarios:
Publicar un comentario