Teresa
Margolles (Culiacán, México, 1963) manifiesta a través de su obra un gran
interés en la forma cómo lo real afecta y determina directamente la vida de los
individuos. Sus obras evidencian la impermanencia de las cosas, de los seres y
sus relaciones; pero a su vez sugieren la urgencia y la necesidad del
desarrollo de formas de solidaridad concretas. Para el CA2M, Margolles presenta
una serie de obras, realizadas durante los últimos años, que materializan un
minucioso y riguroso trabajo de investigación iniciado hace una década en
Ciudad Juárez, al norte de México. En cada una de las salas y alrededor de la
obra La Promesa (2012), esta exposición busca articular, a través de la
mirada de la artista, un espacio donde afirmar los testimonios de una realidad
social especifica.
Las
obras que vamos encontrando en el recorrido de esta visita y que acompañan a La
Promesa, como En torno a la pérdida (2009 — 2013), Esta finca no
será demolida (2011), PM 2010 (2012) y El testigo (2013) que
da el título a la exposición, permiten esbozar un panorama que contextualiza
esta pieza en el entorno económico, social y político de una ciudad y de una
región. Ciudad Juárez, ha experimentado el recrudecimiento de fenómenos que
afectan a toda la región haciendo tangibles el impacto del narcotráfico, la
precariedad del empleo, la corrupción y la subsecuente violencia que de estos
fenómenos se genera. Si bien es cierto que la ciudad y sus habitantes han
vivido bajo un clima de inseguridad e incertidumbre también es importante
señalar una suerte de renacimiento y esperanza a través de proyectos que
intentan cambiar el cotidiano de sus habitantes.
¿En un contexto como el de
Ciudad Juárez, cómo definir quién es el testigo? ¿La ciudad, sus habitantes, el
espectador? Un testigo es aquel capaz de dar testimonio de algo que vio, de
algo que escuchó. Es aquel que posee el conocimiento sobre un hecho ocurrido y
que puede a su vez contribuir en la reconstrucción de una historia. Esta
historia no es objetiva, es una historia personal, una historia frente a la
cual el individuo busca un lugar para afirmarse. El testimonio es entonces tanto
un recuento como una búsqueda, y está así, fundado en un evento real, pasado y
marcado por la subjetividad.
La obra
El testigo (2013), que abre esta exposición está representada por la
imagen de un árbol, que se erige cual silencioso observador de lo que ocurre
alrededor. Podríamos decir que las imágenes de Teresa Margolles se dividen en
dos categorías incompatibles: la imagen como obra de arte, y la imagen como
evidencia. En cuanto a evidencia, es a través de una dialéctica de subjetividad
y objetividad como se establece la veracidad y admisibilidad de una imagen; en
cuanto a obra de arte, el proceso de legitimación excede el marco jurídico y
legal.
Una vez afirmada la legitimidad de la imagen, en su calidad de obra de
arte, podemos precisar el testimonio que esta transmite, y abordar la cuestión
de la posición ética del sujeto frente a dicha enunciación.
En la
instalación PM 2010 (2012) Teresa Margolles recopila cada una de las
portadas publicadas durante 2010 en el periódico PM, uno de los diarios
amarillistas de mayor circulación de Ciudad Juárez. El 2010 fue considerado por
los observadores como un año particularmente violento al presentar el mayor
índice de asesinatos, 3.075, cifra que ha disminuido considerablemente en los
últimos tres años. Los cadáveres que aparecen en las portadas de este anuario
se yuxtaponen, como es común en este tipo de periódicos, a imágenes de mujeres
desnudas y anuncios de prostitución. Se muestran de esta forma dos modelos
distintos de mediatización del cuerpo: el de la muerte y el del sexo, ambos
parte de una misma realidad circundante como bien lo señala Óscar Gardea en su
texto para el catálogo de esta exposición.
Esta finca no será demolida
(2011) es una serie de 30 fotografías en color donde se representan casas
abandonadas y en ruinas, testimonio del vacío y el abandono por parte de sus
habitantes forzados a emigrar. De acuerdo a un estudio realizado por la
Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, en 2011 había en la ciudad más de
115.000 casas abandonadas y un desplazamiento generado por la violencia que se
calcula en más de 220.000 personas.
Durante los últimos diez años a través de
un proyecto artístico, Teresa Margolles ha venido desglosando los signos de
este proceso de constante mutación en el que se debate Ciudad Juárez. La
artista ha archivado documentos, catalogado imágenes, sonidos, testimonios y
objetos, en un proceso de investigación que le ha permitido manifestar a través
de su trabajo una realidad sintomática que no se limita a Ciudad Juárez, ni a
México, sino que se inscribe en una realidad global. En su búsqueda ha
entablado un diálogo -asimétrico- con el Estado, apuntando al complejo
encuentro, o desencuentro, entre la verdad y os hechos, y a cómo nos
posicionamos frente a estos como testigos, como espectadores y como sujetos de
una mirada agonística. Más que intentar reconstruir lo que sucedió a partir de
vestigios de lo que queda tras el abandono, la obra de Margolles busca un lugar
desde donde generar una contraimagen que logre cuestionar la autoridad y
legitimidad de la imagen oficial.
Una
obra que ejemplifica este proceso es La promesa, instalación realizada
por primera vez en 2012 en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo MUAC,
en México D.F. La promesa está construida a partir de los restos reales y
fragmentados de una casa de Ciudad Juárez, una de tantas vendida por sus
propietarios tras la ola de violencia desatada en esta región en la última
década y que ha despoblado barrios enteros. La casa, demolida, fragmentada,
pulverizada y transformada ahora en una escultura horizontal, irá esparciéndose
en el espacio de exposición gracias a la acción de voluntarios que removerán
sus fragmentos hasta cubrir la sala. Esta contundente y poética reflexión
acerca de las expectativas incumplidas de felicidad personal y colectiva nos
posiciona frente a una comunidad por hacer.
En torno a la pérdida (2009
— 2013) es un vídeo que forma parte del archivo de documentación que acompaña a
La promesa. En él aparecen testimonios de diferentes habitantes de Ciudad
Juárez, de distinto estrato social y condición recogidos durante los últimos
tres años. Son estos habitantes, en primera persona, los que relatan su
experiencia en torno a su relación con la casa: lo que esta representa al ser
adquirida, habitada y lo que implica al perderla o abandonarla; estos
testimonios manifiestan el desencanto y la frustración, de una promesa truncada.
Esta
exposición que se articula alrededor de La Promesa propone a su vez un
lugar de reflexión acerca de la experiencia vivida y, por ende, del testimonio
que de ella se desprende. Las obras presentadas abren el espacio a la
subjetividad de los hombres y mujeres que no escriben la historia oficial pero
que la viven. El testigo nos enfrenta a la responsabilidad del que ve, al papel
que este juega en la escritura de la historia y, más aún, en la búsqueda
colectiva de la verdad.
Vía > http://www.ca2m.org