“La mayor parte de lo que hago combina una actitud propia del pop respecto a la temática, con un punto de vista pictórico en cuanto a procesos y materiales”, dice Vik Muniz (Sao Paulo, 1961).
El Centro de Arte Contemporáneo de Málaga presenta Vik Muniz, una exposición que repasa el trabajo más personal del artista brasileño, cuyo nombre da título a la exposición, que ha reunido la mayor retrospectiva de sus obras en Europa. Comisariada por Fernando Francés, junto a sus trabajos que representan escenas cotidianas, rostros de famosos y personas anónimas, el artista selecciona obras conocidas del arte clásico para representarlas de una forma muy diferente e inmortalizarlas en retratos fotográficos. Vik Muniz juega con la imaginación del espectador y emplea en sus trabajos materiales nada convencionales. La Gioconda de Leonardo Da Vinci o la Medusade Caravaggio vistas como nunca antes. La exposición está compuesta por más de un centenar de fotografías. Desde finales de los 80, Vik Muniz trabaja y vive en Nueva York.
Comenzó su carrera como escultor y la necesidad de documentarse con fotografías para hacer su trabajo le llevó a cambiar de medio de expresión artística. Moviéndose continuamente entre diferentes disciplinas como el dibujo o la escultura, el artista traslada la inquietud que siente al enfrentarse a la delgada línea que separa lo real de la ficción. La reproducción de imágenes de conocidas obras clásicas, rostros famosos o simplemente personas anónimas en escenas cotidianas, empleando materiales nada convencionales, hacen que sea un artista único en el arte contemporáneo actual.
Vik Muniz ha llevado a cabo un gran trabajo de investigación visual. A veces, con series cerradas y otras abiertas en las que no sabe cómo acabar. En su investigación, el artista persigue encontrar señas de identidad que coincidan en los distintos puntos de vista que aporta su obra. Vivir en el extrarradio de una gran ciudad le hizo desarrollar su forma de entender el arte. Canalizó su creatividad fabricándose sus propios juguetes y dibujando ilustraciones de los temas que explicaban sus profesores en clase. Este ‘juego’ provoca que en el trabajo de Vik Muniz haya que tener en cuenta todo el contexto, el entorno, y la forma en la que su obra llega al público. El artista ha plasmado iconos reconocidos del arte actual y obras clásicas con una mirada diferente, incluso que llega a engañar al espectador: desde cierta distancia, la imagen representa obras de arte o rostros de personalidades conocidas, pero a medida que el espectador se acerca descubre el material del que están hechos, los detalles reflejados, y si bien en alguna ocasión no reproduce fielmente la imagen original, el espectador la reconoce a la perfección, con el ingrediente sorpresa de descubrir de qué está hecho, como Narcisus (2006), lienzo original de Caravaggio, pero representado con basura y trastos viejos.En la exposición del CAC Málaga, el artista agrupa por series parte de su extensa obra, invitando al espectador a que se deje guiar por la ilusión que evocan las imágenes que recorren la sala principal y parte del espacio dedicado a las exposiciones permanentes, convirtiendo esta exposición en una de las más importantes que ha tenido lugar en España hasta la fecha.El artista brasileño maneja como nadie la ilusión óptica. Ante su trabajo se aprecia una propuesta diferente y otra perspectiva de reinterpretar el arte. El ingrediente de denuncia social está presente en su obra. Los materiales no son escogidos por casualidad o porque puedan encajar visualmente mejor en el resultado final. Al crear rostros de estrellas de Hollywood con diamantes (Elizabeth Taylor, 2004) se deduce una intención por hacer eternas a determinadas personas famosas. Algo similar ocurre cuando trabaja con azúcar (Valentina, The Fastest, 1996) y los niños de las plantaciones, o al representar a personalidades brasileñas que aparecen a diario en las revistas de sociedad, incluyéndose a sí mismo, (Self Portrait, 2003) con trozos de papel de estas publicaciones. El empleo de polvo acumulado en las salas expositivas de los museos, salsa de tomate o chocolate son otros recursos empleados debidamente contextualizados en su obra.
Cortesía > http://cacmalaga.org
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