Rosemarie Trockel (Schwerte, Alemania, 1952) irrumpe en la escena artística alemana,
dominada por figuras masculinas, en los 70. Su obra explora formas y materiales
de trabajo diversos eludiendo encasillarse estilísticamente. Sus creaciones
cuestionan las categorías legitimadoras del arte, el orden social, las
identidades de género; explorando constantes como las concepciones opuestas del
feminismo, la metamorfosis del sujeto, la interrelación entre humanos y
animales y el impacto medioambiental de nuestra especie, los fenómenos de la
moda, la celebridad, la belleza y los íconos sociales, el cuerpo o la
construcción social del sujeto.
“Kosmos” titula Alexander von Humboldt (1769-1859) su
libro sobre el descubrimiento de América. Al atribuir Humboldt el mérito del
descubrimiento a Colón, se fundamenta en el argumento del progreso, como
resultado del conocimiento acumulado. La artista, admiradora de la
independencia y lo intrépido de sus estudios, sitúa la figura de Humboldt junto
a otros autores que considera espíritus afines.
En esta muestra, Trockel presta atención a artistas poco
reconocidos, por empatía con la franqueza e inventiva con que estos abordan
cuestiones compartidas por ella misma. Ya sea en otro campo disciplinar, o por
causas autónomas, estos inconformistas aportan modelos de dedicación
desinteresada a vocacional. Artistas autodidactas como James Castle, Judith
Scott, Morton Bartlett y Manuel Montalvo, quienes trabajaban casi en el
anonimato. Solitarios que trabajaban materiales humildes con máxima economía de
medios y comprometidos con la búsqueda de una visión singular.
Otros artefactos mostrados en esta exposición provienen
del ámbito de la historia natural como las acuarelas de María Sibylla Merian
(1647-1717) sobre ciclos metamórficos entomológicos, o trabajos del botánico
español, José Celestino Mutis (1732 –1808), cuyos estudios nunca publicados
convenientemente, postergan su reconocimiento. A finales del siglo XIX, la
familia Blaschka desarrolla fieles réplicas en cristal, de flora e invertebrados
marinos, que servían de modelo de investigación a naturalistas aficionados y
profesionales. Hoy todos estos personajes son, si cabe, más valorados por sus
cualidades estéticas y por la curiosidad que despierta su obra que por su
desempeño en diversos campos científicos.
Rosemarie Trockel se sirve de todos ellos considerándolos
ejemplares e inspiradores de su trabajo.
http://www.museoreinasofia.es
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