
MoMA curator Ann Temkin and Gabriel Orozco / Photo by Scott Rudd, courtesy Museum of Modern Art





"hemos roto con muchos clichés sobre lo que era o debería ser el arte mexicano y eso ha ayudado a que el diálogo con otras culturas se enriquezca porque se trata de evitar prejuicios y de mostrar que no hay una manera de hacer las cosas, sino que uno puede inventarlas".
"Yo no la veo como una línea recta, sino que hay temas a los que recurro constantemente y cada técnica tiene sus momentos. (En esta retrospectiva,) me gusta ver piezas de este mismo año porque dialogan muy bien con las clásicas que rompieron la barrera del tiempo y siguen funcionando", comentó. El mexicano aseguró además que no tiene una obra favorita "porque son como los hijos y las demás se pueden ofender. En esta exposición quisimos que cada obra se sintiera importante y significativa; no hay obras favoritas".
El Museo de Arte Moderno de Nueva York presenta la primera retrospectiva del mexicano Gabriel Orozco, uno de los artistas más destacados de América Latina y que desde los años noventa ha realizado una marcada y continua innovación. La exposición consta de 80 obras entre dibujos, esculturas, instalaciones y pinturas de distintos estilos y técnicas, que abrirá al público desde el 13 de diciembre hasta el primero de marzo de 2010.
Con esta retrospectiva, Orozco inicia una gira de su trabajo, que le llevará después al Museo de Arte de Basilea en Suiza, el Centro Pompidou en París y la Tate Gallery de Londre.
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